jueves, 28 de enero de 2010

LA TELEVISIÓN Y SU INFLUENCIA ¿POSITIVA? ¿NEGATIVA?

ABSTRACT.

En muchos sectores de la sociedad se observa la falta de una adecuada formación en los niños, adolescentes y jóvenes en torno a la sexualidad, ante lo que se presenta la necesidad imprescindible de brindar a las nuevas generaciones una educación apropiada sobre las responsabilidades que implica la relación sexual, debido a las graves consecuencias que vienen aparejadas de no ser ésta llevada a cabo.
Por eso la educación es la primordial fuente de


INTRODUCCIÓN
Con este texto se pretende hacer una reflexión acerca del papel de la televisión en la fijación de estereotipos sexuales en los niños y jóvenes, así como la pérdida de espacios de diálogo que por causa de la televisión han inducido a los niños y jóvenes a asumir patrones sociales que van en detrimento de los valores del respeto sexual y los han llevado a la búsqueda de paraísos sin tetas que no se les han perdido.
Un recorrido cortó por la cultura televisiva de nuestro país y la influencia de la publicidad sexista que acabó con la intimidad y entró sin pudor hasta la privacidad del cuerpo para vender un producto.


DESARROLLO
Entre todos los medios de comunicación la televisión es la que tiene una mayor presencia en la vida diaria de las familias populares. No compran el periódico y prácticamente no escuchan la radio dentro de la casa. La televisión suele estar encendida desde muy temprano en la mañana hasta muy tarde en la noche. En nuestro medio rural, la familia, con siete u ocho miembros, vive en general en una sola habitación y la pantalla ocupa un lugar importante en tan limitado espacio de allí, la importancia que tendrá este medio en la vida de los más pequeños.
La televisión es la principal compañera de los niños durante grandes perÍodos de tiempo: nacen con ella, comen con ella, duermen con ella. La pantalla adquiere rápidamente un estatus de amiga y consejera que acompaña, de hermana que es cómplice, y, no pocas veces, de madre que cuida.
Ver televisión forma parte de las necesidades reconocidas y aceptadas por las familias, y carece de una significación negativa. Ver televisión no parece estar condicionada por normas culturales de los adultos, sin embargo la publicidad que sostiene los grandes proyectos comerciales de este imprescindible medio, se van interiorizando como el espejo y reflejo de la sociedad en decadencia. La publicidad replica a manera de un lente de aumento, la cultura, las normas, creencias y los vicios en uso.
La avaricia de la industria publicitaria no inventa formas éticas ni tiene límites morales, sólo usa las nociones tradicionales de lo femenino: madre, esposa, hembra, imagen que degrada el cuerpo de la mujer hasta convertirlo en objeto sexual revestido con el sello de la modernidad, la sofisticación y la sensualidad.
En esta industria donde está en juego mucho dinero y prestigio, el riesgo está descartado. A menudo el argumento de peso es que no es posible cambiar la mentalidad de los anunciantes y por ende de la sociedad, un cuerpo de mujer vende cualquier cosa, en complicidad con las inflexibles leyes de mercado y una dosis de cinismo, se determinan los contenidos de esta publicidad que va socavando las estructuras morales de las mentes jóvenes, porque va permeando el deber ser por el tener, e incitan a que el cuerpo se convierta en objeto comercial.

No es difícil encontrar en la mayoría de las niñas menores de 11 años un deseo fuerte de ser modelos, fenómeno que entra a los hogares por la influencia televisiva y se extiende a las escuelas, y por ende a una sociedad necesitada de ídolos y dinero.
Actualmente el número de asaltos sexuales diarios van en aumento en todas partes, sin contar el creciente número de mujeres asesinadas luego de ser salvajemente violadas. Estadísticas de organismos internacionales señalan que una de cada tres mujeres en el mundo es objeto de maltrato y acoso sexual y lo peor es la misma televisión la que se encarga de difundir las noticias, expandiendo de forma develada el deseo protagónico de aquellos sujetos con patologías sociales a figurar en las pantallas de las cadenas televisivas. Es un ejemplo más de que el conocimiento del mundo a través de imágenes deformadas incapacita al sujeto para formas superiores de pensamiento y atrofia nuestra capacidad racional para encontrar equilibrios morales.
Esta tormenta de imágenes hace que hoy en la familia , por ejemplo se reflexione poco sobre el sexo, los padres suelen evadir su responsabilidad frente a temas como : la pornografía , el aborto, la relaciones sexuales prematuras , ellos por una determinación tacita le dejan a la televisión esa responsabilidad y sintonizan entre otros los top shows donde se ventilan las intimidades de las personas como si fueran comedias de la vida cotidiana y se pretende que de esa forma los niños aprendan acerca de la vida. Muchas personas comienzan a descubrir los tradicionales valores de la fidelidad, el compromiso mutuo y el matrimonio no por el ejemplo vivido en su hogar sino por las teles revistas, donde los panelistas de un programa motivan a los televidentes a actuar de tal o cual forma, sin preguntarse por los contenidos morales y las costumbres sociales del entorno especifico que modifican. Esta situación, no es más que la muestra de una homogenización de necesidades con satisfactorias universales, producto de una nueva estructura comunicacional donde lo intimo y privado se convierte en público, con las concebidas consecuencias morales. Cuanto más carga erótica, o emocional tenga el programa, mas rating y esto implica ganancias para los dueños de las multinacionales televisivas.

Por otra parte, cuando se conversa con los estudiantes se percibe que entre ellos crece el número de los que exigen que haya amor y una relación estable para justificar las relaciones sexuales, sin embargo en la vida cotidiana aumentan los embarazos adolescentes, el maltrato sexual, la intolerancia por la diversidad, pero esta nueva actitud no significa, un retorno al equilibrio. La revolución sexual ha sido absorbida en buena parte por la cultura de los medios, y aunque, por eso mismo, ha dejado de ser algo nuevo y atrayente, lo cierto es que ha dejado una huella profunda que ha llevado de la exaltación del sexo a su trivialización y, de ahí, al desencanto.

Existe todavía un incremento de la afectividad en la que el fluir de los impulsos se convierte en la estrella polar que guía el comportamiento humano. Esta mezcla de inmadurez afectiva e hiper-sentimentalismo provoca un desequilibrio anímico que desemboca en la tendencia a entablar relaciones interpersonales basadas tan sólo en el egoísmo, o peor al idealismo centrado en relaciones impersonales a través de medios virtuales, la obscenidad y el sensacionalismo están casi siempre presentes, con frecuencia preocupante, en la programación, predominando una explotación de la temática sexual.

No se trata de dramatizar más de la cuenta. Se trata de aplicar la sensatez, ya que al analizar los contenidos de los programas que emiten a diario los canales de TV en nuestro país, notamos que hay una tendencia creciente al exhibicionismo respecto del sexo, dicho fenómeno televisivo de nuestros tiempos, presenta múltiples facetas de interés general para los individuos, una de las características de la tv es la de ser un medio de comunicación de masas que llega a todos los hogares ya que estos son los mayores consumidores y por lo tanto, es el medio que más influencia tiene en los niños y jóvenes, quienes asimilan los estereotipos ideales de hombres y mujeres en los cuales se transforman ellos, sin medir consecuencias, por ejemplo, el deseo de formar sus cuerpos a imagen de las modelos de la televisión ha producido grandes problemas de anorexia en la adolescentes.

Los estereotipos tienen la finalidad de destruir o dirigir nuestros deseos, son una propuesta a cambiar nuestra forma de ser, imitando los modelos presentados, así por ejemplo, podemos ver en las televisión claros estereotipos sexistas en el papel que juega el hombre y la mujer, mostrando al hombre siempre como seductor, con éxito y profesional; en el caso de las teleseries, debatiéndose entre el amor de dos mujeres y por otro lado aparecen las mujeres que siempre seducen a través de su belleza y encanto, mostrando a una mujer más liberal e independiente, también más agresiva en el sentido de un mayor desplante para enfrentarse a su trabajo y conseguir su pareja a diferencia de los antiguos estereotipos de mujer más pasiva y complaciente.



CONCLUSIÓN.

La televisión tiene una influencia muy grande, ya que podemos ver que buena parte de nuestras ideas y creencias provienen de algo que hemos visto en la televisión.
A veces el papel que ejerce la televisión es positivo, al recibir imágenes de todas partes del mundo, se amplían nuestros conceptos del hombre y su cultura. Pero la mayoría de las veces la influencia es negativa, la falta de comunicación en los hogares, la violencia, el consumismo, son algunas de las consecuencias que tiene la televisión.
Y en el futuro esta influencia va ir en aumento, debido a que los avances tecnológicos van haciendo a la televisión y su programación más atractiva a los espectadores, al igual que la utilización comercial, que será mayor, y en definitiva la función principal que inicialmente tuvo, la de informar, habrá perdido protagonismo de allí que nuestro papel como educadores sea el de implementar estrategias pedagógicas para proveer a los padres herramientas de acercamiento con sus hijos a la hora de ver los programas y que contribuyan a mitigar el impacto negativo de las medios como la televisión en la formación de los niños y jóvenes.
Esto nos pone a replantear desde la escuela la forma en que las personas sin escrúpulos se adueñan de la imagen corporal y la llevan al ámbito comercial, para que llevemos al hogar una educación del cuerpo y los sentimientos, que se anteponga a la desenfrenada carrera del poder económico proyectada desde los medios.

BIBLIOGRAFÍA.

1 comentario:

  1. MUY BUENA INTRODUCCIÓN, HACES UNA BUENA REFLEXIÓN EN ELLA,
    La avaricia de la industria publicitaria no inventa formas éticas ni tiene límites morales, sólo usa las nociones tradicionales de lo femenino: madre, esposa, hembra, imagen que degrada el cuerpo de la mujer hasta convertirlo en objeto sexual revestido con el sello de la modernidad, la sofisticación y la sensualidad. QUIÉN PLANTEA ESTO??? MENCIONAS TANTAS COSAS Y NO TE SOPORTAS EN NINGUNO DE LOS AUTORES QUE HACES REFERENCIA.
    CUANDO SE MENCIONAN LAS ESTADISTICAS, LO HACES DESDE DÓNDE, QUIÉN LO SOSTIENE, AUTOR, SITIO WEB, ETC???
    HACES UNA REFLEXIÓN BASTANTE BUENA SOBRE LA INFLUENCIA DE LA TELEVIÓN EN EL MEDIO SOCIAL Y EDUCATIVO. PERO DESDE DÓNDE LO HACES, CUÁL ES EL AUTOR QUE SOPORTA TU DISCURSO. YA QUE ES UN DISCURSO COHERENTE Y SIGNIFICTIVO. EN LA BIBLIOGRAFÍA MENCIONAS VARIOS AUOTRES. EN QUÉ PARTE DEL TRABAJO ESTÁN CITADOS.

    ESO ES IMPORTANTE TENERLO EN CUENTA, OJJOJO CON LA CITACIÓN DE LA BIBLIOGRAFÍA.

    NOTA: 3.9

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